Economía

|

15/04/2025 - 20:50 hs.

Mariano Stinga, Crónica de una Campaña con Sabor…a derrota.

Mariano Stinga, conocido en ciertos pasillos de Villa de Merlo —y en otros no tanto— como “el eterno candidato”, vuelve a la arena política. Esta vez, bajó varios escalones del ring electoral: de soñar con ser intendente a probar suerte como concejal kirchnerista. Sí, concejal. Pero ojo, que el tipo no se rinde: ahora combina […]

Mariano Stinga, conocido en ciertos pasillos de Villa de Merlo —y en otros no tanto— como “el eterno candidato”, vuelve a la arena política. Esta vez, bajó varios escalones del ring electoral: de soñar con ser intendente a probar suerte como concejal kirchnerista. Sí, concejal. Pero ojo, que el tipo no se rinde: ahora combina militancia con masa y cebolla, vendiendo empanadas a 10 mil pesos la docena para costear su cruzada democrática. Gourmet no es, pero austero tampoco.

Para los memoriosos —y para quienes necesitan un poco de entretenimiento político—, Stinga es aquel personaje que en 2019 y 2023 se lanzó con todo como candidato a intendente del Valle de Merlo. Sí, del Valle, un lugar que no figura en los mapas, pero que en su imaginación era la capital de su imperio progresista. Aclaramos, por si hay dudas: la localidad se llama Villa de Merlo, aunque él prefería su versión con tinte épico.

En esas épocas doradas, Stinga contaba con el apoyo de Alberto Rodríguez Saá y, más importante aún, con la billetera. Sus publicidades eran dignas de Hollywood (o al menos de Pol-Ka): drones, discursos vibrantes, cámaras lentas, música épica. No faltaba más que un cameo de Ricardo Darín.

Ahora, la campaña se graba con celular, sin estabilizador, ya no tendrá el brillo de antes, pero tiene grasa, cebolla y carne picada.Y en una de esas si tiene suerte logra su objetivo y vende varias docenas y cuidado no vaya a ser que las empanadas le caigan pesadas, como patada de Jiu Jitsu.

COMPARTIR NOTA

Scroll al inicio